HISTORIA SAGRADA CHUSCA SIN ORDEN NI CONCIERTO. III

Sacrificio de Isaac. Caravaggio 1603

—¡Simeón, no puedes hacerme esto!

—Lo siento Abraham, pero ayer vendí el último. Si hubieses reservado…

—¡Y yo de qué iba a saber que el Señor se me aparecería en sueños esta noche, y me pediría que le ofreciese un sacrificio?

—Ya. Pues, solo puedo ofrecerte tórtolas, o conejos. Un novillo, si puedes esperar a mañana.

—¿Pero ni un cordero? ¿No queda ni uno?

—¡Qué quieres! Se ha acabado la temporada, y ya no hay nada que hacer. Cuando se descubra y colonice Nueva Zelanda, las cosas serán de otra manera. Pero, a día de hoy, es lo que hay.

—Pues me haces polvo, chico. Porque yo, en general, me llevo bien con Yahvé. Pero no sé cómo se pondrá cuando le diga que no hay cordero que sacrificarle.

—Sí, puede ser complicado. Tiene un genio muy vivo.

—Ahí, ahí. ¿Y qué otra cosa podría sacrificar en su honor que sea pura e inocente, y un poco presentable? Oye, que las tórtolas y los conejos pueden estar bien. Pero tengo que tener un detalle con él. No todos los días te hacen padre a los cien años.

—No, visto así, claro. No puede ser una ofrenda de chicha y nabo. Oye, ¿y tu hijo Isaac? ¿Qué puede haber más inocente y puro que él, que es un chiquillo? 

—¡Coño! Tienes razón, Simeón. Una vez desollado un cordero, ¿qué queda? Carne. Pues carne le daremos. ¡Isaac, Isaac! Ven para acá, hijo.

—Dime, padre.

—¿Tienes algo que hacer esta tarde?

—Pues no.

—Muy bien. Coge un haz de leña, que nos vamos de excursión, tú y yo. Lo vamos a pasar pirata.

Ilustración: «El sacrificio de Isaac» (Caravaggio, 1598).

Un comentario en “HISTORIA SAGRADA CHUSCA SIN ORDEN NI CONCIERTO. III

  1. Ay, pobre chavalín… La que le espera en el monte con su padre viejuno… Me encanta la perspectiva con humor e ironía que le das a estos momentos bíblicos. Que, visto desde otro punto, ¿quién nos dice que no pudieron ser así? Muy bien, amigo 👏🏻👏🏻

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